Inicio año escolar 2022.
Les deseamos mucho éxito a todos en este nuevo año! Paz y Bien
Estimados directivos, profesores y asistentes de la educación.
Reciban todos y cada uno, un cariñoso saludo de las hermanas y mío propio en este comienzo de año escolar. Les deseo que este comienzo de año sea también, el comienzo de una nueva manera de trabajar, de relacionarnos y de preocuparnos por nuestros estudiantes, que es la razón de nuestra vocación educacional.
En muchas oportunidades hemos reflexionado sobre el texto Bíblico de la “tempestad Calmada” en Lucas 8, 22- 25. Pero, en esta ocasión nos vamos a detener en el hecho que Jesús “se quedó dormido” mientras hacían la travesía a “la otra orilla”.
Nos encontramos todavía en medio de una “·tempestad” llamada pandemia, a causa del virus Covid-19, que sigue su camino destructor, dejando enfermedad, muerte, e incertidumbre.
En el pasaje de la travesía con sus discípulos en el mar de galilea, Él no dormía verdaderamente. Él quería saber cómo se desempeñaban sus discípulos en medio de las dificultades, cómo era su fe, si era verdadera, o débil. Pero, por su desesperación, les reprocha su falta de fe, ya que, ante las dificultades, desconfían y se llenan de temor.
Jesús es Dios y como Dios, nunca duerme, aparenta estar dormido, pero está muy despierto, está pendiente, vigilando cada paso de sus hijos.
Ustedes están embarcados en un nuevo año escolar y su barca continúa siendo sacudida por las olas de la pandemia y, ahora, sacudida por la invasión Rusa a Ucrania. Educadores y asistentes, vamos igualmente continuando esta “travesía” con la “tempestad” de la pandemia, y los diversos males que oscurecen nuestro mundo, que a todos nos tiene temerosos y en la incertidumbre ¿Cómo nos sentimos?, ¿cuáles son nuestros sentimientos frente al comienzo de este año escolar y que no nos ha permitido realizar nuestro trabajo con normalidad? ¿Como nos hemos preparado para asumir las clases presencialmente?
Fácilmente podemos pensar que a Jesús no le importamos. Pero eso no es así. A Él le importamos. Tampoco podemos pensar que es Dios quien nos manda este virus y los males. Dios no nos manda los males, el los permite, para “despertar” en nosotros, aquellas cualidades y virtudes que “duermen” en nuestro interior.
Y, al mismo tiempo, para probar nuestra fe. En el ahora de nuestras vidas ¿nuestra fe ha disminuido, ha flaqueado o se ha robustecido en este tiempo de pandemia? Son millones las personas alrededor del mundo que despertaron, y tendieron sus manos para aliviar el dolor de otros millones de personas que sufrieron o están sufriendo aún, las consecuencias de este virus. Por tanto, este “adormecimiento” aparente del Señor, es precisamente para fortalecer nuestra fe y “despertar” aquellas cualidades que están en lo más profundo de nuestro ser, para ponerlas al servicio de nuestros hermanos que están sufriendo.
Todos los cristianos de la tierra estamos rezando incansablemente para suplicarle al Señor que esta plaga y los males causados como consecuencia, tengan pronta solución. Como así mismo por la Paz de Ucrania y del Mundo. Podemos pensar que nuestras suplicas siguen sin ser oídas por el Señor, porque esta “dormido”, sin embargo, no es así.
Pues, el Señor, que es padre misericordioso, con este aparente silencio está haciendo un bien que muchos no alcanzan a ver. Porque Dios no “trabaja” como nosotros. A muchos les gusta que, cuando hacen un bien se publique por todos los medios, para que se entere el máximo de personas, en cambio, el Señor, hace el bien en silencio, “que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha” (Mateo 6,3). La pandemia no ha terminado, pero junto al mal que ha causado, ha nacido un bien superior: La solidaridad y fraternidad mundial; el servicio desinteresado de todas las instituciones; y como ha dicho el papa, puede ser “una oportunidad para promover una política mejor”, para desarrollar una comunidad mundial; promover una “cultura del Rostro, que se centre en la dignidad de la persona” para lograr la fraternidad; y una “cultura del Encuentro”, para escuchar y acoger al hermano.
Nuestra tarea este año será, ayudar a despertar en nuestros estudiantes, todo lo bueno que guardan en su interioridad, para que lo pongan al servicio de sus semejantes. Que en cada “rostro” vean la imagen del Señor, y descubran su dignidad; para aprender a escuchar y acoger, en todo momento y bajo cualquier circunstancia.
Les invito a aprender a “leer” lo que Dios nos está pidiendo en esta crisis epidemial, y en la guerra, como lo hizo nuestra Madre fumadora, porque, precisamente estamos trabajando en una de sus obras que nos sigue inspirando a través de nosotras sus hermanas que continuamos su proyecto.
Reciban todos y cada uno un especial saludo y que el comienzo de este año escolar sea la ocasión para poner al servicio de la comunidad, todos nuestros dones, que a veces “duermen”. Con el trabajo generoso los despertaremos, y así creceremos en los aspectos que, incluso desconocemos.
Que san Francisco y nuestra Madre fundadora los acompañen, en el verdadero sentido de la vocación dada por nuestro Señor, para servir cada día mejor a nuestros estudiantes.
¡Que Dios y la Virgen les bendiga!
Una vez más les deseamos paz y bien
Santiago, 01 de Marzo de 2022.